viernes, 30 de octubre de 2009

Dinero, el gran afrodisíaco.

Nada personal, pero está investigado y documentado que las mujeres tienen -por decirlo así- una sensibilidad muy especial por los aspectos económicos y administrativos del emparejamiento. Un estudio reciente destaca que esa tendencia responde a un viejo conocido: el instinto de conservación de la especie.

De hecho, se estableció que mientras más "convincente" la cuenta corriente del varón, mayor es la frecuencia de los orgasmos de la mujer.

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“Es una verdad universalmente reconocida que todo hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita esposa”, narraba en “Orgullo y prejuicio” Jane Austen, en siglo XIX. Hoy, en pleno año 2009 -bastante alejados ya de la regla de que todo romance debe terminar en matrimonio-, el dinero, las relaciones amorosas y la sexualidad per se, parecen igual o más ligadas entre sí que en los tiempos de la escritora británica.

De hecho, “la frecuencia de los orgasmos de las mujeres aumenta con los ingresos de su pareja”, como lo señaló hace unos meses al “The Times”, el psicólogo Thomas Pollet, quien encabezó una investigación de la Universidad de Newcastle.

Utilizando las respuestas de la encuesta que la 'Chinese Health and Family Life Survey' hizo a 5 mil personas, notaron que de ellas, mil 534 correspondían a mujeres con parejas masculinas, que al ser consultadas acerca de su vida sexual arrojaron los siguientes datos: 121 dijo tener siempre orgasmos, 408 frecuentemente, 762 a veces y 243 rara vez o nunca.

El punto clave estuvo cuando se cruzaron los resultados con los ingresos económicos de los encuestados, habiendo una relación directamente proporcional entre su cuenta corriente y la frecuencia orgásmica de ellas.

“El dinero tiene un efecto afrodisíaco. Hoy puedes comprar todo con él, y entre esas cosas, la sexualidad se ha transformado en un producto más del mercado”, afirma el sexólogo y miembro de la Sociedad Chilena de Sexología, Mauricio Salas.

“Estamos en una sociedad de consumo individualista postmoderno, en que todo está desplazado por la parte económica. Mientras más grande el auto, mientras más dinero uno tenga, se es más atractivo, social y eróticamente, para las mujeres”, asegura antes de señalar que esta conducta responde a instintos básicos de ellas, como parte de la búsqueda de la estabilidad y protección necesaria para su resguardo y el de sus hijos.

“Hay hombres que dan una sensación de protección aún cuando no sean multimillonarios”, dice el psicólogo y sociólogo Giorgio Agostini, en defensa de aquellos con una cuenta corriente menos generosa.

“Lo que pasa es que a veces las mujeres son muy románticas. Entonces, un hombre con dinero las fascina con invitaciones y eso genera un sentimiento de una mayor cercanía por este hombre que la atiende muy bien”, dice Agostini, quien agrega que todo esto forma parte de la conquista “y efectivamente la mujer necesita ser seducida muchísimo antes de tener una relación íntima, predisponiéndola a tener una respuesta orgásmica mucho mejor”.

Por su parte, Salas explica que ellas “no busca al hombre más atractivo, porque saben que el que tiene más carga de andrógenos, en algún momento, las va a engañar”, así que las preferencias femeninas se inclinan por alguien menos agraciado, pero con un lado femenino desarrollado y, claro, un ingreso que, como mínimo, le permita satisfacer sus necesidades básicas.

Depende de los caballos de fuerza.

Un hombre sentado tras el volante de un auto Bentley Continental versus exactamente el mismo hombre dentro de un Ford Fiesta, ¿Cuál elegir?

Según el reporte del “The Telegraph”, un grupo de mujeres consultadas escogió al primero, lo que, a juicio del diario inglés, vino a demostrar que un artículo de lujo como un automóvil caro, es una llave para el interés femenino.

“Un auto lujoso da la impresión de poder. Hay autos fálicos que a la mujer le despierta fantasías inconscientes, sobre todo los deportivos que dan la sensación de vigor, de fuerza, de aventura y de éxito, y claro que esa es una variable que a la mujer le importa”, explica Agostini.

Por su parte, los hombres, si bien se siguen rigiendo por una conducta atávica, focalizan sus intereses en otros asuntos: la belleza y las curvas, y no las de la carretera, precisamente.

“Todos tenemos una cosa primitiva. El hombre mira curvas, pero en realidad lo que mira es la cantidad de estrógenos que tiene la pareja”, dice Salas, quien agrega que “en el ser humano, la mente el cuerpo están unidos y hoy, la parte social ha ido superando mucho a la biológica”, refiriéndose al papel sustentador que hasta hoy juega la imagen masculina en la sociedad.

“Tú todavía estás buscando el príncipe azul en un caballo blanco”, cuenta Agostini que le dijo a una paciente. “No, no, no', me dijo. ‘Estás muy equivocado. Yo busco un ingeniero comercial, dueño de una empresa y que me venga a buscar en un BMW blanco’”.

lunes, 26 de octubre de 2009

Un estudio de la OMS relaciona el uso del teléfono móvil con el cáncer.


EFE, 24-10-09.

Lamentablemente, el uso del teléfono móvil podría guardar relación con varios tipos de cáncer, según un estudio internacional supervisado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuyos resultados preliminares fueron publicados ayer 24 de octubre de 2009 por el diario londinense "The Daily Telegraph".

Con un presupuesto de 20 millones de libras (22 millones de euros), la investigación, que ha durado una década y se divulgará antes de fin de año, aporta pruebas de que las personas que abusan del celular se arriesgan a sufrir tumores cerebrales a largo plazo.

Las conclusiones preliminares indican que existe "un riesgo significativamente mayor" de padecer un tumor cerebral "relacionado con la utilización de teléfonos móviles durante un periodo de diez años o más", recoge el diario.

De acuerdo con el periódico, el estudio, llamado "Interphone", cuestionará las garantías que suelen dar los gobiernos sobre la seguridad de esos aparatos inalámbricos y aumentará la presión para que las autoridades sanitarias difundan consejos más claros contundentes.

La directora de la investigación, la doctora Elisabeth Cardis, profesora del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona (España), declaró que pese a la "falta de resultados definitivos y a la luz de varios estudios que, aunque son limitados, sugieren un posible efecto de radiación de radiofrecuencia" generada por los móviles.

"Por tanto, yo estoy de acuerdo en general con la idea de restringir el uso (de celulares) en los niños, aunque no iría tan lejos como para prohibir los teléfonos móviles, ya que pueden ser una herramienta muy importante (...)", señaló Cardis, citada por el periódico.

La experta también aboga por "medios para reducir nuestra exposición" a los móviles, como la utilización de dispositivos de "manos-libres" y el uso moderado de esos aparatos.

Una portavoz de CREAL en Barcelona indicó a EFE que el estudio que coordina Elisabeth Cardis incluye numerosos datos de ciudadanos de varios países, entre los que no figura España, y añadió que se trata de un trabajo muy complejo que "no se dará a conocer hasta finales de este año".

"Interphone" efectuó estudios en trece países y entrevistó a 12.800 personas (entre ellos gente sana y enfermos de tumores) con el fin de averiguar si la exposición a los celulares está vinculada a tres clases de tumores cerebrales y un tumor de la glándula salival.

Anteriores investigaciones sobre los efectos de los móviles en la salud han sido poco concluyentes, aunque el proyecto supervisado por la OMS indica, por ejemplo, que seis de ocho estudios de "Interphone" revelan un mayor riesgo de padecer glioma (el tumor cerebral más común).

Desde la Agencia de Protección de la Salud (HPA) del Reino Unido, un portavoz manifestó que, "de momento, no hay pruebas sólidas" sobre los efectos nocivos del uso de celulares.

Por su parte, un portavoz de la Asociación de Operadores de Telefonía Móvil apuntó que más del 30 por ciento de los estudios científicos sobre ese asunto no han hallado ningún impacto negativo para la salud.


sábado, 24 de octubre de 2009

Parentalidad tóxica.


EM., V,CyT, 23-10-09.

Se piensa que los adultos, a diferencia de los niños y los ancianos, no son vulnerables al abuso emocional. Pero hay padres que, por diferentes razones, causan sufrimiento a sus hijos a través de la manipulación, el maltrato, las demandas y sobreexigencias desde la infancia hasta la adultez. Es la parentalidad tóxica.

Aprender a reconocerla y enfrentarla son los primeros pasos para recuperar este vital vínculo afectivo en la vida y superar sus efectos negativos.

Débora Gutiérrez A.

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Viviana (36 años, secretaria ejecutiva) tuvo que pasar por dos terapias y una depresión postparto para entender qué era lo que provocaba sus fuertes recaídas anímicas. En sus últimas sesiones un nombre comenzó a aparecer una y otra vez: Cristina. Ella es su mamá y no la ve desde hace tres años, cuando nació su primera hija.

"Siempre tuve el talento de minimizar todo lo que mi mamá me hacía sentir. Cuando era adolescente y me decía 'estás gorda, para qué vas a ir a esa fiesta, vas a hacer el ridículo', yo decía 'es una broma'. Cuando estudié secretariado y la palabra 'mediocre' comenzó a ser mi apodo en la casa, yo la justificaba. Tenía un doctorado y para ella era difícil aceptar que su hija no quisiera dedicarse a la vida académica".

Pero ese "maltrato" que no veía, cuenta Viviana, tuvo secuelas: "Mi psicóloga me habla de baja autoestima, de inseguridad y de una tendencia a no defender mis puntos de vista. Lo que yo veo es una madre que simplemente nunca estuvo satisfecha conmigo, que se decepcionaba una y otra vez con mis decisiones. Y que por el bien de mi hija y mi familia deje de ver", confiesa.

Viviana retomará las relaciones con su madre, recomendó su terapeuta, cuando sea capaz de enfrentarla. Es el primer paso para superar los efectos de lo que los expertos llaman "padres tóxicos", que en definitiva -explica a "El Mercurio" Richard A. Friedman, psiquiatra de la Universidad de Cornell (EE.UU.)- describe a progenitores que son destructivos para sus hijos. "Estamos hablando de un abuso principalmente emocional".

Pasos para el reencuentro.

El experto escribió esta semana una columna para el diario The New York Times llamada "Cuándo los padres son demasiado tóxicos para tolerarlos" y ahí describe a pacientes adultos cuyos padres "son implacablemente perjudiciales para su bienestar emocional".

Friedman, cuenta, que es un tema poco estudiado y escasamente abordado por los terapeutas en general, lo que refleja la idea errónea de que los adultos, a diferencia de los niños y los ancianos, no son vulnerables al abuso emocional.

¿Pero quiénes son estos padres nocivos? La psicóloga estadounidense Susan Forward los describe en su libro "Padres Tóxicos" como aquellos que, por diferentes razones, causan sufrimiento a sus hijos a través de la manipulación, el maltrato, las demandas, desde la infancia hasta la adultez. Estos adultos, escribe la experta, crecen en un entorno inseguro en términos emocionales y eso afecta sus futuras relaciones afectivas.

Según Alex Droppelmann, psicoanalista y académico de la Universidad Central, existen perfiles de padres tóxicos que aparecen en los relatos de los pacientes en consulta: los autoritarios y descalificadores, por ejemplo. Patrón de vínculo que daña la autoestima de sus hijos, los que suelen repetir con otras figuras de autoridad (profesores, jefes) la misma forma de relacionarse, es decir, desde la sumisión. Son en extremo complacientes incluso obviando sus propias necesidades.

Una figura que también surge con frecuencia, agrega el psicólogo, son madres o padres demandantes, abusivos y exigentes. Que en la adultez continúan presionando a sus hijos (a través de la culpa), para que se comporten de cierta manera, tomen determinadas decisiones y continúen respondiendo a sus requerimientos. "Estas personas tienen conflictos con sus parejas debido a la intromisión periódica de estas madres en sus vidas", explica Droppelmann.

Mamás competitivas e hijas adolescentes es un clásico de los padres tóxicos. En lugar de acompañar el desarrollo puberal de sus hijas compiten con ellas. Se visten y actúan como adolescentes, se hacen "compinches" de sus amigos y suelen generar en sus hijos un sentimiento de inferioridad que los acompaña hasta la adultez. "Es frecuente ver, describe el académico, que estas hijas tienen problemas de peso versus sus madres esbeltas y tonificadas; son tímidas e introvertidas, sus mamás sociables y buenas anfitrionas".

Cómo son.

En su libro "Padres Tóxicos", la psicóloga estadounidense Susan Forward los describe como aquellos progenitores que, por diferentes razones, causan sufrimiento a sus hijos a través de la manipulación, el maltrato, las demandas y sobreexigencias desde la infancia hasta la adultez.

¡Partir desde cero!

1.- Primero, enfrentar a los padres desde la perspectiva de dos adultos conversando.

2.- Explicar a los progenitores con la mayor claridad posible lo que piensas, lo que está mal en la relación, lo que la daña, lo que actualmente los hace sufrir.

3.- Pregúntele si cree que hay algo que usted pueda hacer para contribuir al problema que tienen ambos en esta relación.

4.- Pregúntele si existe una razón para el maltrato, para las descalificaciones, para la falta de cariño, si es el caso.

5.- Si ellos responden que la culpa es suya y no reconocen que hay un problema, es una señal poderosa de que ellos no quieren contribuir a tener una relación saludable.

6.- Si eso no es suficiente para cambiar el trato, mi consejo es limitar el contacto. Si el padre se queja, retomar la conversación desde el punto en que le pides que cambie. Si nuevamente no lo hace, quizás deberías considerar la opción de abandonar por un tiempo ese lazo sentimental dañino.

domingo, 18 de octubre de 2009

Innovadora experiencia en Osorno: un cibercafé para ciegos.


EM., V,CyT, 17-10-09.

Software permite que escuchen los contenidos con audífonos y sólo usen teclado, sin ocupar el mouse. Oyen su e-mail y noticias e incluso pueden chatear.

Omar Rojo, dueño no vidente del cibercafé: "Sabíamos que se podía chatear y bajar música. Yo quería leer textos bíblicos y escuchar canciones de Leonardo Favio, que fue lo primero que hice cuando navegué".

Por Nicolás Gutiérrez.
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OSORNO.- La historia de Omar Rojo (50) y su cibercafé instalado en una esquina de Osorno es la historia de un romance cibernético. Cuando "conversar por escrito" en un computador se hizo irresistible, Omar luchaba por memorizar las teclas del PC, al igual que otros no videntes de la Asociación de Ciegos de su ciudad.

A los 33 años perdió la visión a causa de un problema de irrigación sanguínea. Mientras pudo ver, jamás se acercó a un computador, pero hoy administra equipos desde un servidor en su cibercafé.

En una experiencia inédita en el comercio del país, su local en Osorno cuenta con el software para que los ciegos accedan a usar un computador con internet, con la misma facilidad que un vidente. El programa llamado JAWS (Job Access With Speech) se encarga de "leer" los contenidos de la pantalla al usuario no vidente, a través de una voz que, pese a ser robótica, respeta signos de puntuación y exclamación.

A través de un proyecto Fonadis, Rojo obtuvo este año $2,5 millones para implementar el cibercafé con JAWS.

En 2004, miembros de la Asociación de Ciegos de Osorno recibieron capacitación computacional y soñaban con navegar por internet. "Pocos saben de esto, pero la idea es que vengan todos quienes se enteren", señala Cecilia Kramm, presidenta de la entidad.

"Sabíamos que se podía chatear y bajar música. Yo quería leer textos bíblicos y escuchar canciones de Leonardo Favio, que fue lo primero que hice cuando navegué", cuenta Omar. Hoy, los usuarios ciegos permanentes del cibercafé son cerca de media docena, todos mayores de 25 años. Uno de ellos es Sergio Cumillaf (37), quien estudia 4° medio y colabora con Omar. "Paso mucho tiempo aquí trabajando. A veces, como todo el mundo, nos quedamos pegados chateando o leyendo", dice.

A los ojos de un vidente sorprende cómo navegan, con teclados y audífonos, sin usar pantalla ni mouse. Están tan acostumbrados a la lectura del JAWS, que aceleran esa voz pregrabada para navegar más rápido. Sólo se ve un cuadro de diálogo en pantalla, que es desactivable, para que otros escuchen.

Salvo otra experiencia similar en Lautaro (http://www.telecentrolautaro.blogspot.com/), no hay en Chile otra iniciativa "mixta" que integre a ciegos y videntes en un mismo lugar. En Santiago, la Biblioteca de Providencia ofrece acceso a internet en forma exclusiva a ciegos.

Desmitificando el Kamasutra.


PM, 16-10-09.

Una nueva y hermosa edición de lujo de este clásico hindú quiere rescatar el sentido profundo de la obra: el arte de amar.

Por Angela Tapia.


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“Entre todos los amantes que posean las cualidades que la doncella busca, solo uno será elegido y disfrutará de una auténtica posición de superioridad respecto a ella, porque será su esposo elegido por amor”.

Bastante alejados de las posturas que han mantenido la fama del Kamasutra intacta hasta estos días, textos como éste llenan sus páginas, convirtiéndose más en un manual para encontrar el amor, que en la clásica guía de posiciones sexuales.

“El Kamasutra no es un manual de sexo ni, como suele creerse, una obra sacra o religiosa. Tampoco es un texto tántrico”, afirma Alka Pande, conservadora de arte de la Visual Arts Gallery del India Habitat Centre.

Pande, autora del libro “El arte del Kamasutra, la búsqueda del amor” (Editorial Océano), realizó su propia relectura de las palabras del creador de este libro hindú, Malanaga Vatyayana, para “destapar las diversas capas que ocultaban el verdadero quid de la cuestión”, trabajo que terminó publicado en una edición de lujo del antiguo texto.

“Para mi sorpresa, descubrí un tesoro de fórmulas y aforismos amorosos, de cantos a la vida y de intercambio de placer entre hombres y mujeres. El sexo no sólo equivalía a procrear, sino también a satisfacción física, a pasarlo bien y a compartir la apasionante dicha conyugal”, explica.

Tal es el énfasis en la unión de la pareja, que el texto prácticamente marca una pauta a seguir para quien busca compañero/a, para conquistar y mantener el amor, con consejos incluso inocentes, a veces, que recuerdan los antiguos cortejos que los libros y las películas enseñan.

De partida, a ellos les señala que “una mujer enamorada demuestra su deseo de las siguientes formas: a veces se rasca la oreja, o bosteza y estira los brazos. Ríe y habla con sus amigas para llamar la atención de su amante”, al tiempo que advierte que no deben casarse con “las encorvadas, las patizambas y las promiscuas”, ni con “una joven que durante el noviazgo se quede dormida, llore o salga de casa, o que (obviamente) esté prometida en matrimonio con otro hombre”.

Curiosamente, también se excluyen a las calvas, a las evidentemente masculinas y a las que hayan sido bautizadas “con el nombre de una constelación, un árbol o un río”, ya que se consideran “igualmente despreciables”.

A su vez, a “las doncellas” -a las que no se les deja de pedir en ciertos párrafos que conserven su “dignidad”- se les recomienda escoger a un hombre que ella crea que “la obedecerá y le dará placer”. Pero si ha debido casarse por dinero, ella “nunca se dejará cortejar por él, ni siquiera si está dotado de buenas cualidades, obedece sus designios, y es activo, fuerte, sano y deleitoso por complacerla. Un hombre obediente pero dueño de sí mismo, aunque sea pobre y poco agraciado, será mejor que uno que deba compartirse con otras mujeres, aunque sea guapo y atractivo”.

El cortejo.

Una vez encontrada una mujer de interés, este clásico de las librerías aconseja “hacerle regalos, desde perfumes y sedas hasta joyas carísimas, o contarle historias o hacer trucos de magia en su presencia”, que si bien parece algo desfasado, no todo lo dicho está tan alejado de la galantería actual.

Por su parte, ella debiera limitarse a responder los cortejos con una sonrisa, una inclinación de cabeza o “sutiles murmullos”. Y sólo cuando note la constancia de él, le develará sus sentimientos “y le pedirá que se unan mediante la celebración de un ‘matrimonio por amor’”, siempre y cuando cumpla, ojalá, con los requisitos que el texto señala: que él tenga buenas cualidades, le dé apoyo y la llene de “todo tipo de atenciones (y haga) lo que ella desee”.

¿La esposa perfecta?

Consciente que el asunto de pareja no acaba con un “y vivieron felices para siempre”, la obra hindú dedica un libro completo a describir a la “esposa perfecta”, una acorde con los tiempos en que fue escrito el texto y que hoy podría parecer absolutamente fuera de lugar.

No comer cuando él está adolorido o enfermo y no vestir adornos, más que las prendas que él le ha regalado “para impresionarlo”, se une a la descripción de la “mujer ideal”, como “una compañera sentimental que comparte las mismas responsabilidades y que es una aliada en lo bueno y en lo malo”.

Y mientras a ella les pide que no aleguen, porque –como dice- “nada disgusta tanto a un hombre como este tipo de comportamiento”- a ellos les indica que deben “iniciar el contacto físico de una forma sumamente cuidadosa y apasionada con la intención de ganarse el corazón de la mujer antes que su cuerpo”.

sábado, 17 de octubre de 2009

Figue.


RY, 13-10-09.

Elias "Figue" Diel es un personaje conocido en Brasil como ejemplo encarnado de superación: era campeón de surf cuando un accidente automovilístico lo dejó ciego. Pero poco a poco, no sin dificultades, retomó su vocación deportiva en disciplinas tan exigentes como la escalada en roca, las artes marciales y el yoga, la antigua senda donde finalmente se instaló.

Figue va a dar una charla en Yogashala el 29 de octubre y del 30 al 1 de noviembre va a estar en Canal Om, un santuario yóguico ubicado a orillas del mar en la cercanía de Los Vilos. El programa contempla una clase diaria, además de prácticas de pranayama.
www.canalom.cl

Por Paula Andrade, periodista e instructora de Hatha Yoga.

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"Go to beach", le dice Figue a su perro.

Y el perro, un labrador llamado Winter, entrenado en Australia y embarcado a Brasil recién en marzo, parte a la playa.

Figue es ciego. Winter es su perro-guía. Y juntos disfrutan del mar de Praia Brava en Itajaí, una ciudad vecina a Camboriú, en el estado de Santa Catarina, sur de Brasil.

El trayecto no es muy largo. La casa de Figue queda a pocos metros de la playa, y es en realidad dos casas. En una funciona su escuela de yoga, donde él mismo ofrece clases mañana y tarde. En la otra, conectada a través de una puerta del primer piso, hay una cocina, un living-comedor, algunos dormitorios -todo desordenado, estilo surfista- y un rincón estratégico: una pequeña habitación ubicada en el tercer piso desde donde se puede ver el mar.

Figue perdió la vista a los 16. Han pasado 20 años, pero sigue fiel a su vieja afición, el surf, de modo que con la ayuda de algún amigo evalúa el tamaño de las olas para saber si conviene o no salir con la tabla.

"La primera vez que surfeé tenía diez años. Era una enorme pared de agua. Me encantó. Desde ese momento supe que lo iba a hacer el resto de mi vida", cuenta Figue al teléfono, justo antes de partir a Máncora, en Perú, obviamente a practicar surf.

Ahora, además de surfista, Figue escala en roca y oficia exitosamente como instructor de yoga. Sus alumnos lo siguen, se sorprenden, lo esperan y cada tanto viaja fuera de Brasil a dictar sus propios cursos (ver recuadro).

Como Don Elías.

Elías Ricardo Diel, como en realidad se llama Figue, nació en Santa Rosa, en Río Grande do Sul, una mañana de agosto de 1973. Eran los días en que el futbolista chileno Elías Ricardo Figueroa brillaba como defensa del Internacional de Porto Alegre.

El niño recién nacido recibió nombre de campeón. Y los amigos del padre, divertidos con el particular homenaje futbolístico, comenzaron a llamar al pequeño igual que el ídolo. "¿Cómo está Figueroa?", "¿qué tal crece Figueroa?", le preguntaban a Joao Diel sus colegas del Banco do Brasil.

Claudio, en ese entonces de apenas tres años, escuchaba las bromas sobre su hermanito recién nacido y -haciendo sus mejores esfuerzos- imitaba a los demás: "Figue", le decía, "Figue". "Figueroa" era una palabra muy larga para él.

Así fue como "Figue" creció en Santa Rosa, se hizo bueno para el fútbol y malo para el colegio: "Tanto tiempo sentado, sin moverme, quieto, me ponía loco. Tenía mucha energía. Quería salir, jugar, correr", recuerda de aquellos días.

Y, claro, salía, jugaba, corría en la cancha de fútbol y en la playa, donde descubrió que el surf era lo suyo:

-La arena, el viento, el agua del mar, el sol en mi piel. Es como si pudiera conectarme con la maravilla de la vida -explica.

Su mamá, Guita, lo recuerda perfectamente: "Era un pequeño campeón, una gran promesa", dice, entrevistada en Una luz al final del túnel, un video que circula en Youtube.

Figue no era cualquier competidor. A los 13 ganó su primer premio. A los 15 era campeón gaúcho. Sus antiguos compañeros, surfistas reconocidos como Saulo Lyra y Guga Arruda, lo recuerdan desafiante, competitivo, talentoso.

Pero llegó el día, uno impensado y fatídico: lunes 12 de diciembre de 1989. Todo cambió:

-Salió a surfear en la tarde y en la noche fue el accidente. Fue un corte radical en su vida y en su carrera -recuerda la mamá.

-Fue a dar una vuelta, ese paseo que se hace tranquilo con un amigo. Iban despacio, a 50 o 60 kilómetros por hora. La calle era de tierra, apareció una curva y el amigo que iba manejando se perdió -recuerda Claudio Diel.

El Volkswagen verde se estrelló contra un árbol. Sin cinturón de seguridad, Figue salió disparado contra el parabrisas. Los vidrios se le enterraron en los ojos. El médico que lo atendió dictaminó la ruptura definitiva del cuerpo ciliar (entre el iris y la retina).

"Una vida intensa de surf, amigos, y de repente no poder distinguir el día de la noche. Eso fue difícil para mí", resume.

Pedaleando de vuelta.

Pasaron dos años. Figue seguía en shock. Un paseo por la playa en la mañana, a instancias de un buen amigo, y vuelta a casa. No tenía energía para nada más. Además de la vista, había perdido las ganas de vivir.

"Llegó el momento de empujarlo", recuerda Claudio Diel, hoy diseñador y surfista. "Entre todos, la familia y los amigos, lo intentamos. De repente se me pasó por la cabeza llevarlo a andar en bicicleta. Él me preguntó: ¿pero cómo voy a poder andar en bicicleta? Yo le respondí: "Voy a hacer una bicicleta doble, yo te guío y tú pedaleas".

Así fue.

"Cuando sentí el viento en el rostro, me di cuenta de que estaba viviendo de nuevo. El sol, los amigos, la gente riéndose. En ese momento, la vida volvió", recuerda Figue sobre aquel valioso paseo.

-¿Y los deportes, cómo volvieron a su vida?

-Sentí la necesidad, porque los deportes me traen mucha alegría. Continué practicando surf y comencé a hacer escalada en roca. Después aprendí Jiu-Jitsu, un arte marcial de origen japonés, hasta que conocí el yoga.

-¿Qué pasó, entonces?

-Me di cuenta de que la práctica de yoga es un ejercicio de autoconocimiento, una lección sobre cómo usar el cuerpo y la energía. Me puse a estudiar, a profundizar diversas técnicas hasta que comencé a dar mis propias clases.

-¿Y ahora qué es el yoga para usted?

-El yoga es lo que sustenta mi vida, equilibra mi salud física y mi salud espiritual.

Figue lleva 11 años practicando y 6 años enseñando. Ha pasado por varios estilos, desde el exigente Ashtanga hasta el Integrativo, pasando por Sattva Yoga, el método ideado por el yogui chileno Gustavo Ponce con quien vino a estudiar en enero de 2008.

-"Figue se destaca por su sensibilidad y buen humor. Cuando enseña lo hace con delicadeza y siempre cita a los maestros. Parece tocar el alma de sus alumnos. Podríamos decir que es espiritual y que utiliza los ejercicios físicos como herramienta para transmitir un mensaje" -dice Ponce sobre su aventajado alumno.

En aquel enero no hubo un día, ni uno solo, en el que Figue dejara de surfear. Partía a una playa cercana a Los Vilos y allí, con olas grandes y fuertes, se lanzaba mar adentro en compañía de su amigo Pedro Kupfer, también yogui, también surfista, pero sin ningún problema a la vista.

-Tienes una hija, padres, hermano, amigos: ¿no te parece un acto demasiado arriesgado surfear en aguas de estas características?

-En realidad, el Pacífico no es nada de pacífico... Me gusta el contacto con la naturaleza. Los deportes al aire libre me ponen en una condición de libertad. En general, a quienes practican deportes extremos les gusta la adrenalina. Tal vez a mí también me guste --dice, no sin humor.

Hace cinco años nació Johana, la única hija que Figue tuvo con Verónica, una profesora argentina avecindada en Itajaí con quien hoy mantiene una relación de amistad. La niña tenía pocos meses cuando nuestro hombre partió a escalar en la Patagonia argentina.

Fiel a ese mismo espíritu -perseverante, temerario y acaso individualista-, ya había conquistado el cinturón café de Jiu-Jitsu, una antiquísima técnica de combate que supone el triunfo de uno de los contrincantes cuando logra dislocarle una articulación al otro. Dicen que Figue sacaba aplausos.

Como a la vez ya había aprendido a escalar en roca (con un amigo que le enseñó guiándolo montaña arriba), no podía permitirse circular con las articulaciones fuera de lugar. Subir una pared de granito con el codo colgando, por poner un ejemplo, era cuando menos incómodo.

Figue, entonces, reemplazó el arte marcial por las artes del yoga.

Kundyniasana o lo imposible.

En octubre del año pasado casi se muere. Salió a surfear, como siempre. En la tarde tuvo tos. Se sintió mal. En el hospital le diagnosticaron una neumonía causada por una bacteria staphylococcus alojada en el pulmón derecho.

Después de una semana internado, empeoró. Las dificultades respiratorias eran severas, así que los médicos lo sedaron y lo sometieron a respiración mecánica. Estuvo 12 días con un coma inducido.

Las cadenas de oración empezaron a circular entre alumnos, profesores y amigos: mantras de yoga y pensamientos positivos iban y venían dentro y fuera de Brasil a través del correo electrónico.

"¡O Figue melhorou muuuito galera!" ("¡Amigos queridos, Figue mejoró!"), comenzaba uno de ellos fechado el 18 de noviembre. "La naturaleza de la vida, el prana, evidentemente sigue fluyendo", decía otro cuando por fin abrió los ojos y pidió comida porque se estaba "muriendo de hambre".

Los corticoides lo hicieron engordar y perder condición física, pero -como siempre, otra vez- volvió a empezar.

En febrero de este año partió a la India a estudiar filosofía con swami Dayananda, uno de los referentes mundiales de Vedanta Yoga. En marzo reanudó las actividades en su propia escuela de Itajaí y en junio llegó a Santiago invitado a impartir un taller en Yogashala.

Lo que ocurrió en una de sus clases lo retrata.

Eran 40 alumnos, la mayoría instructores de yoga. Hacía calor, había expectación. No todos los días llega un profesor extranjero con discapacidad visual, mucho menos a dictar una clase avanzada.

A pesar de la suavidad de su voz, de su modo acompasado, incluso musical, la práctica se empezó a hacer cada vez más exigente. Al cabo de una hora y media, cuando les indicaba a los alumnos sostener el peso de sus cuerpos con los antebrazos, apoyando firmemente las palmas de las manos en el suelo, y elevando a la vez pierna izquierda hacia delante y pierna derecha hacia atrás, uno a uno se empezaron a caer. Como efecto-dominó.

La única alumna capaz de hacer la postura imposible, llamada kundyniasana, fue una mujer entrenada en gimnasia olímpica. Figue fue el otro. Y los demás, entre risas y admiración, se dedicaron a observarlos (ver foto).

"¿Cómo se mete al mar si no puede ver las olas? ¿Cómo puede hacer kundyniasana si nunca ha visto a otros hacerla? Es difícil pasar por Figue sin admirarlo", dice Romi Ballestrín, alumna suya en Brasil y actual instructora en Chile. "Es una persona que te deja muy a gusto con quien tú eres. Uno siempre va a tener virtudes y defectos, así que deja de pelear, acéptate. Cuando ves de quien viene el mensaje, definitivamente no lo puedes ignorar", agrega la brasileña.

"El principal punto de la práctica de yoga", explica el mismo Figue al teléfono, "es que las personas respeten la condición que están viviendo. Deben tener ahimsa o "no violencia" con ellos mismos. Cada quien debe saber hasta dónde puede ir y tener compasión consigo mismo".

-Hay gente que te considera un ejemplo de superación contra la adversidad. ¿Lo eres?

-Sí y no. No, porque puede haber personas que no les gusta como vivo, lo que hago, lo que soy. Pero, por otra parte, puedo ser un ejemplo si precisas sufrir o pasar por cosas como la que yo he pasado para crecer como persona. Todos necesitamos ejemplos, mirar los polos de la vida, las cosas buenas y malas, para situarnos en su justo lugar.

viernes, 16 de octubre de 2009

Abandono infantil: el niño abandonado se puede recuperar.


PM., 15-10-09.

Los problemas se pueden diagnosticar recién a los 7 años y van desde transtornos en la alimentación, problemas de autoestima, automutilación y estados depresivos.

Arquímedes: ‘Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra’.

Por María José Errázuriz L.

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El apego está de moda –aunque los primeros postulados son de 1950- y los trastornos derivados de un mal apego también se nos hacen presentes cuando vemos casos tan dramáticos como el de ‘Cisarro’, el niño delincuente de Peñalolén.

Aunque muchos creen que los trastornos y posteriores problemas derivados de un mal apego infantil no pueden ser revertidos, el danés Niels Peter Rygaard, asegura que ello no es tan así y da una luz de esperanza a padres, maestros, cuidadores y sociedad toda.

Quizás sea importante constatar que este problema, como dice Peter Rygaard no es un algo que sólo competa a una persona, la que tiene a su cuidado a un niño con trastorno, sino que también de toda la comunidad que está a su alrededor. Por lo mismo, en su obra “El niño abandonado” de editorial Gedisa presenta un detallado y científico método de terapia para los niños con trastornos.

Como señala la prologista del libro, Maryorie Dantagnan, “la intervención eficaz de estos niños es posible si se realiza un trabajo ecológico consensuado y perseverante entre terapeutas, profesores, referentes afectivos, y otros profesionales”, a quienes está dirigido especialmente esta obra.

Aunque no lo tengamos muy presente, terapia viene del griego theraps que significa ‘servidor’ y el terapeuta profesional provee de un ambiente que sirve para el desarrollo del niño, centro de todo trabajo.

Esta guía elaborada por este psicólogo que lleva más de 25 años trabajando con niños con problemas de apego agresivo importantes, explica cómo los pequeños que han sufrido malos tratos graves en sus primeros años de vida –es decir, tempranamente traumatizados por la negligencia y abandono se sus padres- son un reto para quienes se hacen cargo de ellos después.

El daño más grave que ellos presentan son la dificultad que tienen para vincularse de una manera sana y constructiva con su entorno social y en sus actitudes, denuncian a los adultos que no fueron capaces de brindarles un entorno afectivo y respetuoso con respecto a sus derechos y necesidades.

Los estudios realizados desde 1950 por John Bowlby han permitido determinar que el cerebro de un niño, desde su nacimiento, gracias a las experiencias afectuosas y relacionales que establece, moldean la estructura y organización de sus neuronas y ello es básico para los comportamientos futuros que tendrá. En palabras sencillas, la felicidad se adquiere con el contacto físico y emocional con la madre.

Cuando los padres son competentes, las probabilidades de que el niño presente conflictos son menores, en cambio, si sufren el abandono, el estrés de la violencia producirá rupturas en su cerebro.

Tal como se señala en esta guía “la ausencia de contacto y la falta de cuidados hacen que el cerebro produzca más adrenalina, lo que también predispone a comportamientos más activos y agresivos. Es decir, un mecanismo de biología nos explica porqué los niños tienen conductas inadecuadas, ya que se ha comprobado que los niños queridos y protegidos no se sienten atacados por el entorno en su sobrevivencia.

Lo básico del planteamiento de Peter Rygaard es que con “un buen trato” se puede intentar dar una oportunidad al niño abandonado de reintegrarse al tejido social ya que se parte de la base que el cerebro es flexible y por lo tanto, si se estimulan sus circuitos se pueden recuperar las funciones perdidas.

“Cuando las primeras relaciones en la vida de un niño han sido erróneas, es muy difícil remediarlo más tarde” afirma el autor, pero no por ello, deja de presentar este extenso trabajo de terapias.

Para quienes desean adentrarse en esta importante teoría, vale la pena tener presente que existe cuatro tipos de apego:

- apego seguro-autónomo,
- apego inseguro-evitativo,
- apego inseguro-ambivalente y
- apego desorganizado-desorientado

Todos dicen relación con la capacidad que tiene el niño de vincularse con el mundo cuando está o no con su madre y si logra un apego seguro-autónomo, el niño tendrá la confianza suficiente para salir a explorar el mundo, porque sabe que tiene un colchón de seguridad. De ahí la frase de Arquímedes: ‘Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra’.

Peter Rygaard señala que los niños que presentan un trastorno de apego reactivo grave han sufrido privaciones y estrés en su vida temprana y la psicoterapia no podrá ayudarlos.

Sostiene que un diagnóstico efectivo no se puede realizar antes de los 7 años y señala que los trastornos de apego están combinados con síndromes ya sea de estrés postraumático, de atención con hiperactividad, de autismo postinstitucional o del síndrome de Tourette.

¿Qué sucede cuando los niños crecen?

Bajo esta simple pregunta Peter Rygaard hace un pauteo de los problemas que un niño puede presentar a medida que se desarrolla y que se hacen evidentes cuando ya es un adolescente.

Entre los más importantes señala el trastorno de personalidad tales como una personalidad antisocial o estados limítrofes. Suma a ellos los trastornos graves de identidad, los sentimientos de inferioridad, estados depresivos y tentativas de suicidios y automutilación y falta de ganas de vivir.

También puedan darse comportamientos retraídos o agresivos, problemas de toxicomanía y alteraciones de los niveles de actividad, es decir, hiper o hipoactividad.

Además se encuentran los trastornos de alimentación (las conocidas bulimia y anorexia) y las enfermedades autoinmunes como erupciones, asma y reumatismo.

El reto de la humanidad.

La culpa, definitivamente, no es de los padres. Todo confabula en su contra y el autor se hace cargo de ello al señalar que hay una serie de acontecimientos que están ayudando a la posibilidad de tener niños abandonados con trastornos de apego.

Entre los hechos que señala con más claridad es, obviamente, la separación temprana del hijo y la madre por motivos laborales, que no sólo afecta al niño, sino también a ella.

Agrega que esto se suma la explosión de divorcio que deja a las madres solas, desprotegidas y agotadas. Si además, tenemos a los abuelos lejos de la vecindad del hogar (existen sólo familias nucleares) no existen posibilidades de acceder a lo que se denomina los conocimientos tradicionales de la crianza.

También se debe tomar en cuenta que los padres medios de hoy son relativamente mayores cuando tienen a su primer hijo, por lo que son tremendamente ambiciosos con ellos y sus propios hijos.

Señala con precisión que las guarderías no son las soluciones porque los niños no reciben la atención personalizada que requieren, lo que derivará en problemas de comportamiento.

Peter Rygaard no busca volver a los viejos tiempos, con la madre en la casa, al cuidado de los niños, porque entre otros, nunca se ha tenido niños en mejores condiciones y una baja mortalidad infantil. Pero sostiene que es un hecho que la madre y la familia necesitan de un apoyo de toda la sociedad para poder llevar adelante su primordial función de dar protección afectiva a un niño en sus primeros años.

sábado, 10 de octubre de 2009

¿Por qué andamos tan enojados los chilenos?


EM., V,CyT, 10-10-09.

Frustración, falta de tiempo para disfrutar la vida y la familia, malos ambientes laborales, una vida sobredemandada, explican en parte que el mal humor se esté transformando en una costumbre nacional, sobre todo de los santiaguinos.

Ocho de cada diez chilenos dicen que nuestro país no es respetuoso.

Por Débora Gutiérrez A.


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Rocío Guerra (ingeniera de 27 años) fue víctima de esos episodios de enojo y furia capitalina que muchos han vivido en menor o mayor grado. Pero lo que le sucedió fue publicado en un portal de noticias y el debate explotó.

Un jueves por la mañana conducía su auto por La Reina cuando decidió adelantar a una camioneta. Su maniobra enfureció a tal punto al copiloto del otro vehículo que en el semáforo siguiente no sólo la increpó, sino que la zamarreó y le tiró el pelo violentamente. Los testigos de la agresión intervinieron para defenderla de este "loco" de las calles. Días más tarde, aquel hombre la ubicó para pedirle disculpas por su arrebato sin motivo.

Riñas entre conductores, insistentes bocinazos, ceños fruncidos al caminar, un señor "respetable" que pierde los estribos con una cajera del supermercado, padres que les gritan sin justificación a sus hijos. Todos episodios conocidos para los chilenos, y de los cuales más de alguno ha sido testigo o protagonista. Episodios que, por lo demás, están evidenciando una costumbre cada vez más arraigada entre los chilenos y, en especial, de los capitalinos: andar enojados.

Malos ratos.

Es un sentimiento básico de la conducta humana, dicen los expertos, pero que esconde frustración en quienes viven con el enfado a cuestas. La mayoría de las personas están conscientes de que andan enfadadas, pero no de las razones que explican su conducta, ni menos cómo salir de ella. En efecto, nuestra sociedad esta atestada de pequeños guiños que aumentan el mal humor, dice el sociólogo Jorge Larraín, vicerrector académico de la Universidad Alberto Hurtado. "La gente está pasando malos ratos en sus lugares de trabajo, tiene jornadas laborales interminables y está endeudada. Pero también su frustración está expresada a nivel familiar: no tener tiempo para estar con los hijos, por ejemplo, o tenerlo, pero estar demasiado cansado como para disfrutarlos".

El enojo está relacionado con la no satisfacción, con las cosas y expectativas que no podemos lograr, con el nivel de demanda al que estamos sometidos y a las limitaciones de la vida que llevamos y que finalmente nos frustran, explica Verónica Bagladi, psicóloga del Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa.

"En la consulta -complementa el psicólogo Juan Pablo Westphal, de la Clínica Santa María- vemos cada vez más personas que llegan porque sienten que están muy irascibles y son incapaces de controlar sus explosiones de mal humor". No se trata de trastornos psicológicos, pero sí son síntomas de que algo no está bien. Por otro lado, dice el experto, una ciudad como Santiago, con calles atestadas de autos, el metro y el sistema público saturados, influyen en que la gente esté predispuesta al mal humor y a expresar, muchas veces de forma desproporcionada, su enojo.

"El anonimato de las calles de las grandes ciudades permite que las personas descarguen su enojo, por ejemplo, al volante. Las personas están muy preocupadas de las demandas que tienen a nivel profesional y familiar y, por lo mismo, las necesidades de los otros no son su prioridad. Es raro entonces que la gente ande por las calles siendo amable y considerada", opina Claudia Cartes, psicóloga de la Universidad del Desarrollo.

Esta misma reflexión llevó a la ONG Genera a crear una campaña llamada "Más Respeto", que busca estimular el buen trato entre las personas, instituciones, familias y grupos.

A juicio de Modesto Gallo, profesor de sociología de la U. Diego Portales, en Chile -y en particular Santiago- hay un daño importante a la sociabilidad. Se ha perdido la valoración de la amabilidad o de la gentileza, valores que incluso son identificados como una forma de sometimiento. Esto se da en las relaciones callejeras y anónimas, pero a nivel más micro los santiaguinos son personas afables y acogedoras, opina.

Para luchar contra el mal humor hace falta, esgrimen los especialistas, reconocer los sentimientos de enojo y aprender a expresarlos de manera no agresiva. "Ayuda saber qué esta provocando tal mal humor y modificar en lo posible aquellas cosas que no están dejando que disfrute de la vida", concluye Juan Pablo Westphal.

Enfado versus agresividad.

La expresión de este enojo es lo que preocupa a los especialistas, es decir, la agresividad. "Personas que están siendo incapaces de controlar sus sentimientos de rabia, porque a nivel personal están muy sobrepasadas", dice la psicóloga Verónica Bagladi. Por lo mismo, advierte el psicólogo Juan Pablo Westphal, cuando el enfado es crónico, es decir, todos los días esa persona anda irritable y molesta, probablemente hay un trastorno del ánimo encubierto que debe ser tratado por un especialista".

Seis estrategias para pasarlo mejor.

Cambiar de actitud frente a los problemas es uno de los puntos básicos de una nueva corriente en la psicología, llamada psicología positiva. Los especialistas del área trabajan la idea de reforzar lo bueno que las personas pueden hacer por sí mismas, en vez de profundizar en sus patologías.

El 22 de octubre el Instituto Chileno de Inteligencia Emocional ofrecerá su tercer diplomado del tema (http://www.psicologiapositiva.cl/) ¿Qué proponen? Aquí van seis ideas para considerar.

1.- Intentar ser más feliz. El investigador inglés Robert Holden dice que el primer paso es asumir que uno quiere ser feliz. Si se declara esta intención, la atención de la persona estará en ello.

2.- Cultivar la gratitud. El psicólogo Martin Seligman, de la U. de Pensilvania, sugiere que tener una actitud agradecida, genera un sentimiento de plenitud. La propuesta es ejercitar a diario la gratitud, pues ayuda a desarrollar una visión más positiva del mundo.

3.- Pasarlo bien. Cantar, leer, tomarse un café con un amigo o cualquier actividad agradable, debería hacerse a diario, sólo para que la rutina del día a día sea más divertida y llevadera.

4.- Fomentar la amistad. En época de falta de compromiso en las relaciones humanas, cultivar actitudes de amabilidad y confianza con los demás ayuda a sentirse mejor a pesar de los problemas cotidianos.

5.- Meditar. Un estudio de la U. de Wisconsin con monjes tibetanos demostró que ellos, que han meditado toda su vida, a diferencia de las personas que no lo hacen, desarrollan más la corteza frontal izquierda del cerebro. Esa área tiene que ver directamente con el desarrollo de actitudes y pensamientos positivos.

6.- Concentrarse en las fortalezas individuales. Las personas que pasan mucho tiempo tratando de enmendar sus errores en vez de explotar sus virtudes, están ocupando mal su tiempo. Concentrarse en las fortalezas produce una espiral de bienestar que ayuda, al mismo tiempo, a corregir los errores. Es más fácil.

viernes, 9 de octubre de 2009

Cómo nos afecta el cambio de horario.


EM., 09-10-09.

Según especialistas, los niños serán los más afectados por cambio de hora este fin de semana porque tardan entre dos y tres días en adaptarse al nuevo horario. Mientras tanto, estarán un poco irritables, desconcentrados y somnolientos.

Por Natacha Ramírez.


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SANTIAGO.- El "horario de verano" que comenzará a regir este fin de semana -cuando los relojes se adelanten una hora- generará positivos efectos sobre el estado anímico de las personas debido a la mayor cantidad de luz que comenzarán a tener las tardes. Sin embargo, más lento que los relojes, el organismo también deberá "ajustarse" al nuevo horario, lo que durante los primeros días acarreará algunas alteraciones, sobre todo en los más pequeños.

Según explica la psicóloga de la Universidad Central, Claudia Román, las funciones orgánicas más afectadas por el cambio de hora son aquéllas que regula la luz, como el sueño y la alimentación. En este sentido, precisa que los más vulnerables son quienes tienen "una rutina diurna muy marcada", especialmente los bebés y niños hasta 6 años, y los ancianos.

"Para los niños, sobre todo entre 0 y 3 años, el cambio de una hora es demasiado brusco y afecta su ritmo biológico", afirma la educadora de párvulos Nieves Beauchemin, quien explica que "para los más pequeños no existe la noción de tiempo representacional, por lo tanto, su noción temporal está determinada por eventos ambientales, y mientras más pequeño, más depende de estas variables".

Al respecto, el neurólogo infantil del Hospital Clínico Universidad de Chile, Dr. Yuri Dragnic, explica que las principales alteraciones en los niños se relacionan con el déficit de sueño que se genera al adelantar en una hora el reloj, lo que les suele provocar "cierto grado de irritabilidad y menor capacidad de atención y concentración, fenómenos asociados a la somnolencia diurna".

A esto se agrega que, sobre todo el primer día, los niños están más expuestos a andar con hambre debido a que comen una hora después. "Porque las mamás en general, salvo que sea el primer hijo, se empiezan a regir por el horario nuevo para toda la familia, sin excepciones", apunta Román.

El Dr. Yuri Dragnic indica que la adaptación al nuevo horario, en el caso de los niños, se logra en unos dos o tres días, mientras que en los adultos es, por lo general, uno o dos días más lenta.

A pesar de esto, la psicóloga Claudia Román explica que en los adultos los efectos del cambio de hora suelen ser más "leves" que en los niños y que las personas logran "recuperar todo el sueño 'acumulado' en el primer sueño reponedor". A esto se suma que el organismo de los adultos "ya está un poco acostumbrado a este cambio, porque se produce todos los años cada seis meses".

Por este motivo, detalla que no debería repercutir mayormente en la concentración ni en el rendimiento en el trabajo, aunque los más susceptibles podrían ser quienes anden un poco deprimidos. Una atención especial, eso sí, deben prestar quienes estén tomando medicamentos, sobre todo los ancianos, pues deben seguir consumiéndolos según el horario anterior.

Cómo atenuar efectos del cambio de hora en los niños.

Para aminorar las repercusiones en los más pequeños, los especialistas recomiendan adelantar en 15 a 20 minutos sus rutinas vespertinas, incluyendo la alimentación y la hora de acostarse. Esta medida se debe adoptar en forma progresiva desde el tercer día previo al cambio de horario.

"De esta forma, el día del cambio horario el organismo del niño estará fisiológicamente adaptado a la nueva situación", explica el neurólogo infantil Yuri Dragnic.

La parvularia Nieves Beauchemin, de Enac, entrega algunos consejos prácticos para "acomodar al niño al nuevo horario". Sugiere "realizar actividades tranquilas antes que se acuesten, como dibujar, contarles cuentos y bañarlos con agua tibia para que puedan relajarse y dormir antes".

En su opinión, durante esos días es recomendable que los niños dejen de lado actividades que fomenten su estado de vigilia, como ver televisión o jugar a la pelota antes de acostarse.

Junto a esto, remarca que "los padres deben ser más flexibles con los horarios de los niños, al menos durante los primeros días, dándoles la posibilidad de levantarse un poco más tarde".

Pese a las alteraciones orgánicas que pudiera generar en un comienzo, la psicóloga Claudia Román destaca que la mayor cantidad de luz en las tardes "se asocia a efectos positivos y placenteros en las personas, la gente va andar con más ánimo y energía para hacer más actividades al aire libre".

martes, 6 de octubre de 2009

La dieta mediterránea sería antidepresiva.


BBC Mundo, 06-10-09.

La dieta mediterránea, que ya sabemos ayuda a proteger contra enfermedades cardiovasculares y cáncer, también previene la depresión, afirman científicos españoles.

La hipótesis es que una dieta rica en aceite de oliva mejoraría la producción de serotonina, el neurotransmisor que se cree está encargado de regular el ánimo.


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Los investigadores descubrieron que la gente que se alimenta con esta dieta -rica en vegetales, frutas, pescado y cereales y baja en carne roja- tiene 30% menos probabilidades de sufrir depresión.

Pero es necesario llevar a cabo estudios más amplios para confirmar estos resultados, dice el estudio publicado en Journal of the American Medical Association (JAMA) (Revista de la Asociación Médica Estadounidense).

Los investigadores no saben cuál es el factor específico que podría conducir a esta protección.

Pero estudios previos han revelado que los ácidos grasos monoinsaturados que contiene el aceite de oliva -que se usa de forma abundante en la dieta mediterránea- parecen estar asociados con un menor riesgo de síntomas graves de depresión.

Fuerte asociación.

En la nueva investigación, llevada a cabo en las universidades de Las Palmas y Navarra, se estudió a 10.094 adultos durante cuatro años.

Los participantes llenaron cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios y posteriormente se calculó su adherencia al llamado patrón de dieta mediterránea (PDM) durante un período de cuatro años y medio.

Los participantes que tenían una fuerte adherencia al PDM tendían a ser hombres, ex fumadores, casados e individuos mayores.

Estas personas eran más activas físicamente y mostraban un consumo energético total más alto.

Los científicos identificaron 480 nuevos casos de depresión durante el período de seguimiento: 156 de hombres y 324 de mujeres.

Descubrieron que los que tenían una mayor adherencia al PDM mostraron 30% menos riesgo de desarrollar depresión.

El estudio tomó en cuenta el estado civil, el número de hijos y factores asociados con un estilo de vida sano, y encontraron que el vínculo de dieta-depresión no cambiaba.

E incluso considerando las características de personalidad, como la competitividad y la ansiedad de los participantes, el resultado no cambiaba.

Continúan las investigaciones.

Tal como señala el profesor Miguel Ángel Martínez González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud de la Universidad de Navarra, los resultados tendrán que ser confirmados en ensayos más amplios con más participantes.
Pero lo que se ha encontrado, dice, "es una fuerte asociación inversa entre la dieta mediterránea y la depresión".

"30% es una gran reducción en el riesgo y esto puede ser muy importante considerando la enorme carga de salud que representa la depresión", dice el científico.

El investigador cree que el efecto del patrón dietético completo es más importante que el efecto de los componentes individuales de la dieta, y eso es lo que puede estar ofreciendo "un buen grado de protección contra la depresión".

"Los mecanismos específicos por los cuales una mejor adherencia al patrón de la dieta mediterránea podría ayudar a prevenir la ocurrencia de la depresión no se conocen muy bien" afirman los autores.

"Los componentes de la dieta pueden mejorar la función de las arterias, combatir la inflamación, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, reparar el daño celular relacionado al oxígeno, y todos estos factores pueden disminuir el riesgo de desarrollar depresión".

Los investigadores creen que la clave de la protección contra la depresión quizás está en la combinación de los ácidos grasos omega 3 con ácidos grasos insaturados naturales, más los antioxidantes del aceite de oliva y las nueces, los flavonoides y otras sustancias fitoquímicas de las frutas y vegetales y las grandes cantidades de folatos naturales y vitaminas B, todos contenidos en la dieta mediterránea.

Tal como señala la doctora Cecilia D'Felice, psicóloga clínica y experta en depresión, afirma que cada vez hay más evidencia de la importancia de la dieta en el tratamiento de esta enfermedad.

"La mayoría de los fármacos antidepresivos funcionan manteniendo más niveles de serotonina disponibles en el cerebro", dice la experta.

"Y lo que sabemos es que una dieta rica en aceite de oliva mejorará la producción de serotonina (el neurotransmisor que se cree está encargado de regular el ánimo)".

La dieta mediterránea consiste en el consumo moderado de alcohol y productos lácteos, bajo consumo de carne y un alto consumo de legumbres, frutas, nueces, cereales, vegetales y pescado.

viernes, 2 de octubre de 2009

María Eugenia Weinstein y su nuevo libro "Yo (no) quiero la felicidad": "La gente se ha puesto muy voraz en busca del logro".


Revista Ya, EM., 29-09-09.

Enfermos del ego, enfermos de intensos, enfermos de llenos son algunos de los títulos de las columnas que recopila la destacada psicóloga Eugenia Weinstein en "Yo (no) quiero ser feliz", el libro que lanzará la próxima semana bajo el sello El Mercurio-Aguilar, y que fueron el resultado de su observación, inquietudes de sus pacientes y también de su propio proceso personal.

Por Karim Gálvez.

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Providencia, Avenida 11 de Septiembre, Metro Manuel Montt, Paseo Barros Borgoño, pasado mediodía. En esta explanada de cemento, iluminada por el sol de mediados de septiembre, es el inicio de la hora de almuerzo entre los oficinistas vestidos de gris y mujeres de traje negro que circulan a esta hora. Movimiento. Entran y salen apurados desde y hacia el metro, repleto a esta hora, repleto a toda hora. Los restaurantes comenzando a colapsar.

A un costado, un edificio antiguo del Santiago de los años '50, de muros sólidos, puertas de madera noble. Un edificio de tres pisos, de esos que ya no quedan en la ciudad, con departamentos amplios, de varios dormitorios, luz natural, tranquilidad.

Tras la puerta C, un pequeño estar con un mueble-sofá con respaldo empotrado a la pared. Tapices beige claro y una colección de pequeñas reproducciones de pintores como Dalí y Picasso anuncian que éste no es un lugar para personas con apuro. Al contrario, es un lugar para darse tiempo para sí mismo. Un pasillo estrecho que termina en una escalera y que a su vez conduce a un segundo piso lleva a más pequeños estares. En el primero de ellos se encuentra el de la psicóloga Eugenia Weinstein.

“Adelante, pasa, ponte cómoda, dice cordial”.

Al mirar por la ventana, el movimiento a la salida del metro ya es bestial.

Eugenia Weinstein se sienta con calma. Viste pantalón negro, polera y chaqueta moradas, un collar rodea su cuello. Tiene tiempo. Pareciera que tuviera mucho tiempo.

“Antes, en el pasado, estuve muy ocupada. Viví con mucha responsabilidad, llena de deberes, estresada con la maternidad, la crianza. Quizás ahora estoy igual de ocupada pero viví cambios de switch que fueron dándose con la madurez”. Mira entonces las fotos de sus seis nietos que decoran su pequeño estar. Niños y niñas de pelos crespos y lisos, rubios y castaños, un par de mellizos, ninguno mayor de seis o siete años.

“Los nietos son una gran fuente de felicidad porque es sólo dar y recibir cariño. Dan una felicidad calma, gozosa”.

Temima, Camila y Jana son las menores, "mi más reciente felicidad", como escribe en su reciente libro "Yo (no) quiero ser feliz", que lanzará el próximo lunes 5 de octubre bajo el sello El Mercurio-Aguilar y donde reúne el ciclo de columnas que ideó para la revista Sábado pensando precisamente en la felicidad.“Este libro también refleja mi proceso personal. Me he dado cuenta de lo mucho que importa la actitud para ser feliz. Creo que progresivamente me siento más feliz porque hago más esfuerzos por serlo. Antes estaba tan ocupada...”. La llegada de los 50 marcó su visión. Antes estaba tan ocupada. A los 20 se sentía una niña. A los 30, muy joven. A los 40, inmortal. A los 50, que se acercaba, como un barco, hacia la línea del horizonte. Así dice que se sintió. Con hijos que habían crecido, volado desde la casa materna, con tiempo para pensar. Para reflexionar en lo bueno y malo que había vivido.

“Me han pasado muchas cosas duras en la vida: la muerte de mi madre, muerte de amigos, el exilio, separaciones, enfermedades. Pero miré hacia atrás y encontré que tenía una buena vida, una vida con sentido.”

El Golpe de Estado que terminó con el gobierno de Allende, en 1973, la encontró estudiando un Master of Science en Psicología en la Universidad de Wisconsin y, luego, cuando en 1975 quiso volver a Chile, no le permitieron ingresar. Inició entonces un exilio que duró hasta 1979 en México, donde ofició como profesora e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana y en la UNAM. Años después, de regreso en Chile, con una carrera académica en la Universidad Católica -donde se había titulado de psicóloga- y en la Universidad Diego Portales, su madre murió de cáncer de mama. Ella, en esa época, tenía 40 años, "y no estaba preparada para su partida".

Pero sí la preparó para saber que podría tener cáncer de mama, que enfrentó en una primera etapa hace un par de años al igual que la separación de Mario Waissbluth, hoy líder del movimiento ciudadano Educación 2020.

Coraje, capacidad para gozar; capacidad para relacionarse con otros sanamente; capacidad para automirarse; capacidad para resistir las dificultades; capacidad para aprender de sus errores. Ésas son algunas de las herramientas que tiene Eugenia Weinstein que cree le han permitido hacer su propio camino hacia la felicidad.

Estudiosa como es, ve tres áreas de felicidad. La primera se relaciona con las emociones positivas; estar contento, orgulloso, optimista, con sentido del humor. La llama "Vida placentera" y dice que se puede entrenar, hacer un esfuerzo por desarrollarlas. "Está demostrado que las emociones positivas fortalecen la salud mental, la relación de pareja, el sistema inmunológico, la creación". La segunda se relaciona con analizar cuáles son nuestras virtudes, pensar en aquello que tenemos y no en aquello que nos falta. La llama "Buena vida". "Si rediseñamos nuestra vida laboral, social, afectiva, en función de nuestras fortalezas encontraremos más bienestar y lograremos fluir, tener la sensación de hacer algo que nos apasiona y en que el tiempo se hace nada. Podemos buscar esos momentos". La tercera área de felicidad se relaciona con el sentido. La llama "Significado" y no se encuentra en uno mismo, sino en otros. "Se necesita trascender a sí mismo, ser parte de algo más grande para encontrar significado a la existencia. Los antidepresivos y los ansiolíticos sirven para disminuir las emociones negativas y aumentar las positivas, pero no existen medicamentos para el significado. Tampoco dan buena vida. Eso depende de cada uno".

Eugenia Weinstein suscribe aquella nueva tendencia de la psicología que se centra en descubrir herramientas para mejorar la vida de las personas. Ya se superó la etapa que se vivió en los últimos 50 años en que los especialistas de salud mental se enfocaron a estudiar patologías y tratamientos para enfermedades mentales. Hoy se vive una nueva era.

Esta felicidad, que ella bautizó como "Felicidad del alma", es un proceso con conciencia; calmo, profundo, incluso compatible con el dolor. "La felicidad es un conjunto de momentos y una actitud frente a la vida, y al ser una actitud es posible de ir creando y desarrollando".

“Los estudios muestran que no se relaciona con lo bueno o lo malo que les sucede a las personas, sino con factores de personalidad, como el ser agradecido con lo que se tiene; con saber dar y recibir, no vivir centrado en sí mismo, con la voluntad y decisión de ser feliz”.

Enfermos de estrés; enfermos de cuerdos; enfermos de poder; enfermos de llenos son algunos de los escritos en que Eugenia Weinstein retrata a cierto tipo de personas que se hacen zancadillas, personas más o menos proclives a alcanzar la felicidad.

“Obviamente las personas más creativas, sociales, agradecidas, son más propensas, pero todos pueden ser felices. Uno podría decir que alguien más depresivo, melancólico, con tendencia a verlo todo negro tiene más dificultades, pero también hay tratamientos para patologías, y hay personas que no se tratan nunca, que pareciera que no quieren ser felices. O no van al médico o no se toman los medicamentos o abandonan los tratamientos. Pero si averigua qué trampas se está haciendo, se puede contribuir. El único antídoto es uno mismo. Las emociones y dolores pasan; uno tiene que pensar qué queremos hacer con nuestra vida porque nosotros somos los propios contructores de nuestra vida”.

-Y hay poca conciencia de eso.

“La gente cree que la felicidad es algo que les toca a algunos y les es negada a otros. Mi gran propósito es que puedan darse cuenta de que si se quiere ser feliz se tendrá más posibilidades de serlo, que para serlo hay que querer serlo”.

Cerrar ciclos.

Una carita feliz amarilla sobre un fondo morado. Eso es lo que aparece en la portada de su libro. Pero éste no es su único libro. Eugenia Weinstein es una psicóloga chilena que se hizo conocida como conferencista y columnista gracias a los 35 años que lleva como terapeuta de pareja y que la llevaron a escribir entre 1999 y 2006 los best sellers "Mujeres: la sexualidad secreta", "El amor en los tiempos del cambio", "El amor al desnudo" y "Los amantes se van al cielo (y al infierno también)" y "Parejas (im)perfectas". Allí hablaba, basándose en estudios propios y extranjeros, sobre los conflictos de las relaciones y cómo superarlos. Autoayuda bien hecha, no al estilo americano con consejos simplones sino con análisis de hechos.

“Tras el último sentí que había cerrado un ciclo y que era necesario abrir otro”.

De a poco fue ampliándose en la medida que veía temas pendientes, inquietudes de pacientes, sus procesos personales, pero la pareja sigue estando presente. Porque, al igual que la familia, los hijos, el trabajo, los amigos, la pareja es una las principales fuentes de felicidad o infelicidad de las personas, "como todo en la vida, con dos caras".

Parejas sin sexo, ¿Ama usted a un narcisista? o El síndrome de Estocolmo son algunas de sus columnas en que aborda cómo el cansancio, el estrés, la incapacidad de poner límites, una infidelidad o el mal manejo del dinero, pueden afectarla. Otro tema que desarrolla es el de la distancia versus la cercanía. Dice que más veces de las recomendables las parejas tienden a fundirse y pensar que el amor es ser uno, cuando en verdad necesitan ser dos y una cierta distancia que permita ir más allá de las murallas que generan estabilidad. El manejo del dinero, si no está conversado, también provoca mucho conflicto, al igual que la crianza de los hijos.

“El impacto de los hijos es enorme. Son dos personas que se llevaban bien y de repente aparece un tercero con un nivel gigante de invasión afectiva, de demanda económica. Hoy dedicamos tal atención a los hijos que perdemos de vista el impacto en los padres. Es cierto que mientras más chicos, los niños dependen más de los padres, pero a medida que crecen, afecta más el cómo nos relacionamos entre todos."

"En defensa de los padres" es una de sus columnas favoritas. Allí escribe: "Pocos se atreven a hablar, sin sentirse culpables, de los sinsabores y aflicciones que este vínculo también puede provocar... Hace bien decirlo en voz alta: a veces los hijos duelen. Por ejemplo, cuando ponen malas caras o son desagradables o antipáticos; cuando son demandantes o exigentes; cuando no hacen nada por ellos mismos y se enferman...; cuando andan en malos pasos o malas juntas, se emborrachan o se drogan... En síntesis, cuando pierden el rumbo, o se ponen insoportables, o no crecen nunca, o hacen sufrir, o causan pena, o son injustos o ingratos o malagradecidos o hirientes".

Un abuso para los padres, dice. Vivimos una época en que los padres se hacen cargo de sus hijos casi para toda la vida, incluso económicamente, sin límite, dice. Padres tan preocupados de la felicidad de sus hijos que terminan criando personas individualistas, sin tolerancia a la frustración, que sólo buscan gratificaciones y sin deseos de enfrentarse a la vida.

"Los hijos pueden generar mucha felicidad, pero también mucha infelicidad, y la salud mental de unos no es independiente de la de los otros. Muchos de los problemas que tenemos los adultos pueden tener que ver con los hijos".

Eugenia Weinstein tiene dos hijos: Andrés y Javier Waissbluth, uno cineasta y otro rabino ortodoxo, pero que antes fueron ingeniero comercial uno e ingeniero civil industrial el otro. También tiene una hijastra, Pilar Galilea, que estudió Arte.

Los crió en libertad, dice, pero debió resistir algunos "cosquilleos" cuando les anunciaron que su camino cambiaría.

“Siento que me cumplieron, que hicieron lo que tenían que hacer”. Eso es tener una profesión tradicional y luego hacer el cambio de giro.

“Andrés congeló la carrera para estudiar cine en Cuba. Pero siempre he encontrado que uno no puede oponerse a que las personas sigan su camino, y en el caso de Javier, su ruptura con el medio fue tan grande cuando comenzó a acercarse a la religión, que me surgió más bien la reacción de la mamá como la persona que lo apoya. Hoy vivo la diversidad, pero estoy satisfecha. Uno tiene que saber lo que quiere y no confundirse con buscar tantos logros porque de repente la gente se pone muy voraz. Yo, a estas alturas de mi vida, más que metas, lo que me pongo son propósitos. Y tampoco muy a largo plazo, porque o si no, uno se frustra”.

Ciencias por blogs.

EM., Ciencias, 28-09-09.

Por Paula Leighton N.

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"Aventuras de una científica chilena en el mundo científico alemán... ¡y más!" Así presenta su blog la veterinaria María José Navarrete Talloni. La página apareció en el ciberespacio en febrero pasado bajo el paraguas de Nature Networks, una red creada por los editores de la revista Nature, donde cerca de 120 científicos de todo el mundo llenan de comentarios, reflexiones o simples desvaríos sus blogs ( http://network.nature.com/blogs ). Parte importante son estudiantes de postgrado.

Samuel Frankel, investigador de neurotoxicología de la U. de Southern Maine escribe desde Ghana sobre estrategias para adaptarse al cambio climático; Alyssa Gilbert, estudiante de postdoctorado en ciencias planetarias en Canadá, se hace cargo de las preguntas de astronomía que ofreció responder a los seguidores de su blog la semana pasada; Bob O'Hara, biólogo y estadístico estudiante en la U. de Helsinki (Finlandia), cuenta con humor que acaba de enterarse de que el 24 de septiembre es el Día Nacional de los Postdoctorados en Estados Unidos.

En su blog "The leatherhosen paradox" (http://network.nature.com/people/maría-josé/blog) María José tiene 19 comentarios a su último posteo del 18 de septiembre sobre las tareas pendientes que finalmente ha logrado terminar. Entre éstas se incluyen desde "entregar un paper ", hasta "celebrar las Fiestas Patrias".

Desde Hannover, donde hace un doctorado en la Universidad de Medicina Veterinaria, analiza el boom de blogs científicos. "Diría que es una tendencia que se disparó en el último año y que responde a la combinación de dos factores: los científicos jóvenes están más dispuestos a comunicar lo que hacen y, además, están más familiarizados con la tecnología".

Alejandro Montenegro Montero, candidato a doctor en genética molecular de la U. Católica y creador del blog "Molbio Research Highlights" (http://amontenegro.blogspot.com/), hace una clasificación general de los blogs escritos por científicos.

"Los más numerosos son los de científicos que hablan de ciencia en general, desde noticias hasta discusión de artículos especializados y a veces temas de su vida personal. En general, están escritos para un público no tan especialista, pero sí interesado en la ciencia. La otra categoría es la de científicos que escriben para científicos".

Este último es el caso de Alejandro, que inició su blog en enero pasado con el objetivo de compartir y discutir papers , sitios webs , herramientas y noticias sobre biología molecular.

Como muchos blogueros, Alejandro no se conforma sólo con esta ventana. También avisa por Twitter o FriendFeed cuando postea algo. La mayoría de los comentarios de sus seguidores le llegan por Twitter. "Casi todos son gringos", cuenta.

Y es que casi todos los blogs se escriben en inglés. "Es la forma en que puedes llegar a más gente", dice María José. "Es la lengua madre de la ciencia", agrega Alejandro.

Un mundo sin peces.


EM., Ecología, 02-10-09.

Por Débora Gutiérrez A.

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¿Se imagina un mundo sin peces? Esa es la tesis central del libro "The end of the line: How overfishing is changing the world and what we eat" (El fin de la línea: cómo la sobrepesca está cambiando el mundo y lo que comemos) y de la película del mismo nombre estrenada este año en EE.UU y Europa.

Si continúa la sobreexplotación de los recursos marinos, señalan los científicos consultados en el filme, probablemente en las próximas décadas veremos la extinción de las especies que hoy consumimos.

"Debemos dejar de pensar que nuestros océanos son una factoría de producción de comida y darnos cuenta de que son enormes y complejos ecosistemas marinos. Debemos actuar ahora para proteger el mar de la sobrepesca desenfrenada, para asegurarnos de que haya peces en el mar", escribe Clover.

Zonas "muertas".

El documental, que registra dos años de investigación y de viajes por el mundo de Charles Clover, reúne las opiniones de destacados científicos que trabajan con los ecosistemas marinos, y muestra imágenes de los efectos de la pesca industrial ilimitada en lugares como Gibraltar, Japón, Senegal y Alaska, entre otros.

Existen dos grandes responsables de la actual disminución de recursos pesqueros, dice Daniel Pauly, conocido científico francés que visitó Chile hace unos días invitado por la ONG Oceana y que participó del documental: la pesca industrial y la piscicultura. La pesca de arrastre no sólo está llevando al límite las especies comerciales, dice el experto; además, por sí sola, contribuye a las llamadas zonas muertas de los océanos (sin oxígeno), donde sólo sobreviven las algas.

Este tipo de actividad comercial, explica Pauly, elimina todos los animales que viven en el fondo marino, que son los que consumen las algas. Esto provoca un crecimiento de algas sin límite, las que se "comen" todo el oxígeno, generando lo que se denomina como zonas muertas. La contaminación de las aguas y la acuicultura también contribuyen a crear estas zonas muertas en los océanos, especialmente en las zonas costeras.

La piscicultura no sustentable, además, ocupa como alimento para sus cultivos el 40% de los peces que se pescan cada año en el planeta, destaca el filme.

En el documental -que todavía no tiene fecha de exhibición en Chile-, algunos científicos indican que en 2048 la mayoría de los recursos marinos se van a extinguir, pero Pauly es cauto y prefiere hablar de una tendencia a la disminución de las especies. La naturaleza es generosa con nosotros, agrega, pero necesita tiempo para recuperarse, y eso es justamente lo que el ser humano se niega a aceptar.

"Si logramos que nuestra sociedad entienda que el planeta y sus recursos son limitados y que él no puede seguir siendo explotado con el actual nivel de demanda, quizás logremos revertir lo que creemos es un futuro sin peces", concluye el experto.


Películas románticas crean falsas expectativas.


PM., 02-10-09.

Psicólogos llaman a tener cuidado con creerse todo lo que se ve en la pantalla grande. Las relaciones perfectas, simplemente, no existen.

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Películas como “Pretty Woman” o “Tienes un e-mail” esconden un peligro para aquellas parejas excesivamente románticas que dejan a la imaginación de los guionistas de Hollywood sus ansias más profundas.

Así lo afirmó un estudio que asegura que los films del corazón, cuyos finales sueles ser perfectos y felices –sin dejar de lado el hecho de que los protagonistas generalmente son bastante agraciados- estarían generando falsas expectativas en los espectadores.

Tras analizar 40 películas y comparar las respuestas dadas por cientos de personas acerca de sus relaciones sentimentales, un grupo de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo, concluyó el año pasado que no sólo la ficción amorosa del cine estaría dejando la vara demasiado alta para la gente real, sino que además presenta la etapa del enamoramiento como un proceso que se vive sin ningún tipo de esfuerzo.

Por tal motivo, son varios los pacientes que acuden a la consulta de la psicóloga y terapeuta de parejas Pamela Cohen, asegurando que lo que esperan en sus vidas son galanes o amazonas del calibre hollywoodense, y criticando lo aburrido que parecen sus vidas y quienes los rodean.

Es que si comparamos las aventuras sentimentales a las que Julia Roberts y Meg Ryan dan vida en la pantalla –una prostituta que se enamora de su guapo y millonario cliente y la dueña de una librería que termina en los brazos de su enemigo comercial, pero enamorado virtual- la idea de fijar los ojos en el vecino o el compañero de trabajo parece brillar con mucho menos fuerza.

“La gente se hace expectativas de que las relaciones deben ser perfectas, además de que deben tener sexo todo el día, que debe ser increíble y con gente muy bonita, porque eso es lo que se vende”, dice Cohen.

Bjarne Holmes, el psicólogo que dirigió la investigación de la Heriot-Watt, afirmó en su minuto que "aunque la mayoría sabe que resulta poco realista esperar de una relación que sea perfecta, algunos siguen estando mucho más influidos de lo que creemos por la forma en que el cine o la TV presentan esas relaciones".

Mucho esfuerzo y fidelidad a uno mismo.

“Te quiero. Te quise desde el primer momento en que te vi. Te quise incluso antes de verte por primera vez” (“Un lugar en el sol, 1951), es una muestra de la fuente inagotable de frases que se imprimen en tarjetas del Día de los Enamorados que entrega el cine.

Pero éste no sólo saca suspiros de las parejas que lo ven -y llantos desolados de los espectadores solteros- sino que también puede crear ideas erradas de como relacionarse.

“Las películas reflejan la emoción que acompaña a una nueva relación, pero dan a entender, equivocadamente, que la entrega amorosa y la confianza se dan desde el mismo momento en que dos personas se conocen, cuando son cualidades que normalmente tardan años en desarrollarse", comentó la psicóloga Kimberley Johnson, quien también participó del estudio escocés.Coincidiendo con ella, Pamela Cohen afirma que “para que una relación sobreviva un período largo, requiere que sea prioridad. No basta que esté en segundo o tercer lugar, no es suficiente. Así no perduran en el tiempo”, explica.

Un paraíso de sorpresas románticas, mariposas por mil en el estómago y cenas a la luz de las velas pueden existir. “Nadie dice que una relación tiene que ser aburrida, rutinaria”, dice Cohen.

Pero la psicóloga aclara que para dejar de cegarse con el brillo encantador de la pantalla grande, se debe tener claro qué es lo que se quiere y que esto coincida con lo que es beneficioso para una persona. Los estereotipos de perfección sentimental, mejor dejarlos en manos de la magia del cine.