sábado, 3 de agosto de 2013

Evitarles a los hijos situaciones que les provoquen ansiedad sería un gran error.

EM., VCyT., 22-05-13

"El mayor error que pueden cometer los padres es permitir que sus hijos escapen de las situaciones que les hacen sentir ansiedad", dice Anne Marie Albano, académica en Psicología Clínica de la Universidad de Columbia. "Evitar esto es la llave para que la ansiedad progrese, empeore y se mantenga adherida al niño".

Este es el tema que trata la experta -que se ha especializado en trastornos del estado de ánimo en niños y adolescentes- en su más reciente publicación, You and Your Anxious Child (Usted y su hijo ansioso).

Tal como la estadounidense cuenta a "El Mercurio", su objetivo es ayudar a los papás a detectar los signos de la ansiedad y cómo aplicar ciertas técnicas que van desde ejercicios de respiración hasta animar a los niños a enfrentarse a situaciones angustiantes por sí mismos. "Esto puede ser dormir solos en su propia cama, hacer nuevos amigos, rendir una prueba en el colegio o inscribirse para un campamento de verano", cuenta a modo de ejemplo.

Para estar atento.

Aunque la experta dice que la ansiedad es una emoción natural y propia del ser humano, que se va disipando a medida que aumenta la experiencia, hay ciertas conductas en los niños frente a las cuales los padres debieran estar alerta.

Cuando buscan la manera de evitar situaciones -como no querer ir al colegio o a una fiesta de cumpleaños- o cuando muestran señales de angustia, tales como llanto, temblores e incapacidad para concentrarse o dormir, son algunos ejemplos.

También hay que prestar atención a la duración de estos episodios y a qué tanto interfieren en la vida cotidiana y no permiten realizar las típicas actividades que hacen otros niños de la misma edad.

"Lo natural es que los padres traten de consolar a sus hijos y arreglen el problema", dice Albano. Sin embargo advierte: "Hay que meterse más cuando los niños son más pequeños o están experimentando algo por primera vez".

La especialista también aconseja detenerse por un momento y examinar la conducta que se está teniendo frente a estas situaciones. "La niñez y la adolescencia son etapas para equivocarse y aprender de los errores. De esta manera los niños van a aprender a ser más independientes, van a tener más autoconfianza y van a saber cómo manejar situaciones de ansiedad de mejor manera".

Sin embargo, también hay niños que experimentan este tipo de episodios de manera más intensa y excesiva, y es necesario buscar ayuda externa, según aconseja la especialista.

"En estas situaciones siempre hay que comenzar con una terapia psicológica. Pero incluso hay casos más graves donde tener que ir al psicólogo puede ser demasiado difícil y traumático para un niño. Ahí es cuando entra en juego la medicación", cuenta.

Eso sí, advierte que la recomendación es que los remedios siempre vayan acompañados de la terapia, ya que, según cuenta Albano, la combinación de ambos es lo que da mejores resultados.